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Una pareja tranquila

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Hoy me he ha contratado una pareja un poco extraña. Lo normal es que los novios, normalmente la novia por eso de que las mujeres somos más previsoras, llevan meses pensando en cómo quieren realizar el evento antes de contratarme y soy yo la que suele tener que parar los pies e intentar quitarles la batuta de mando para comenzar a hacer mi trabajo, pero la pareja de esta mañana es todo lo contrario. Llevan más de un año con la fecha de la boda fijada, les quedan cuatro meses y aún no habían pensado en nada.

Yo los calificaría como “pachorrones” pero lo dejaremos en tranquilos por si alguien se ofende. Para que os hagáis una idea: la novia, me ha pedido que le recomiende un nutricionista que le ayude a perder tres o cuatro kilos antes del día “D”. La he mandado a ivantardon.es porque es uno de los pocos que conozco que además sé que tiene buenas referencias pero ¿esto no es algo que debería mirar ella solita? En fin…

Lo siguiente ha sido preguntarme por el fotógrafo. Nada de ceremonia, invitados, lugar de celebración…. nada. A ellos los que les importaba era el fotógrafo, increíble. En esta ocasión voy a contar con la profesionalidad de lovelyphoto.es, tanto por cercanía como por el tipo de pareja que son, creo que congeniarán muy bien. Y luego ya sí que hemos podido hablar de lo que, para mí, es importante.

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A lo importante

Por fin pude preguntar yo y empezar a anotar datos, porque aún no me habían dejado decir ni pío. La boda era por lo civil, un dato a tener en cuenta, pero no querían ceremonia delante de los invitados, querían ir ellos al Ayuntamiento con los familiares más cercanos y luego quedar con el resto de invitados en el banquete así que esa parte la tenía solucionada.

Ahora hablemos de estilos. Quieren algo muy rústico donde las únicas flores permitidas para adornar con las margaritas y la paniculata y quieren que haya mucha madera y rafia, así que estoy pensando en una decoración de granero o de campo, algo muy agrario.

No quieren ni DJ, ni música en directo, de hecho, quieren ser ellos los que seleccionen la música y que el restaurante se encargue de ir poniendo un cd tras otro (espero que recopilen muchas horas de baile porque nunca se sabe hasta dónde puede llegar el día y si te quedas sin música y toca repetir no suele ser un bonito acierto, al contrario, los invitados suelen empezar con el “otra vez…”.

Con respecto a la ropa lo tienen claro: él quiere un traje de lino en tonos claros y ella un vestido de novia ibicenco de Charo Ruíz. Directos, concretos y al grano, nada de tonterías, eso me gusta. Y con respecto a la comida también lo tenían bastante decidido: cóctel de bienvenida y barbacoa para todos, tarta nupcial y copas a tuti plen.

Todo esto, la sencillez con la que han elegido las cosas, me hace pensar que no iban tan desencaminados con la tranquilidad con la que se han tomado las cosas, aunque yo no lo habría dejado todo para cuatro meses antes pero bueno, eso ya es cuestión de personalidades, ¿no?

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