La pluma estilográfica es un regalo muy recurrido con el que obsequiar a los invitados de cualquier tipo de evento: es útil, funcional, y puede llegar a ser muy bonito. No obstante, últimamente parecen haber caído en un discreto segundo plano en lo que a bodas, bautizos y comuniones se refiere (no así en eventos de empresa), porque se considera un regalo desfasado, de otra época, pero ¿es eso cierto?
La pluma estilográfica sigue siendo un objeto de deseo para muchísimos ciudadanos, tanto coleccionistas como seguidores de tendencias y moda. Las conocidas marcas como Montblanc o Visconti siguen vendiendo miles de estilográficas cada año, lo que indica que ese supuesto descenso de ventas no es tan grande como algunos pretenden hacer creer. De hecho, en Mi Plumier, tienda especializada online, nos han confirmado que no han notado esa caída de ventas y que los amantes de esta herramienta, supuestamente obsoleta, siguen demandando las últimas novedades de Hugo Boss, Nina Ricci, Cross o Montegrappa.
La realidad es que la pluma estilográfica sigue estando tan de moda que hasta los jóvenes fans de Pikachu van a poder hacerse con una pluma que homenajea la saga de anime gracias a la firma Lamy, una pluma que se lanzará al mercado el 18 de noviembre en una edición limitada para coleccionistas lo que puede llegar a significar que la pluma, que ahora puede tener un precio elevado para nosotros, en unos años tenga un valor muchísimo mayor.
Y es que hay plumas, y PLUMAS, así, en mayúsculas, como las que ha recuperado la policía municipal de Madrid y que habían sido robadas no hace mucho tiempo. Pueden parecer plumas estilográficas comunes pero el que se halle en poder de las mismas tiene en su haber un carísimo botín.
Las 5 plumas más caras del mundo
Al final, son un signo de distinción, sobre todo entre los grandes empresarios y por eso no es extraño ver a los mismos con una carísima pluma estilográfica en el bolsillo de su americana demostrando así tanto su poder adquisitivo como su elegancia y prestigio. Ahora bien, no todos pueden tener plumas que son verdaderas joyas, y quienes las tienen, prefieren guardarlas bajo llave antes que en el bolsillo de un traje de Dolce & Gabbana.
La Bohème Papillon Pen de Montblanc tiene un valor superior a los 230.000 euros. Quien tenga una pluma así tiene una vivienda en pleno centro de Madrid o un apartamento en la costa. Es una edición limitada que consta solo de 6 plumas decoradas con motivos de mariposas, tienen cobertura de oro amarillo, blanco y rosa, y para colmo de los colmos contienen también 1400 diamantes y 40 zafiros.
La Diamonds Pen es otra de las joyas de la corona, con un valor medio de 275000 euros de la firma Caran D´Ache. Es de 1995 y se creó en homenaje al gran arquitecto Antonio Gaudí, por eso tiene un diseño modernista e irrepetible. Lleva plumín de oro y más de 5.000 diamantes incrustados además de un centenar de rubíes.
Otra pluma que marea cuando conoces su precio es la Gotica Pen, también de Caran D´Ache y con un precio de más de 400.000 euros. Sigue la estela del arte gótico con 6 lados que emulan vidrieras de este estilo. Elaborada en plata y de edición limitada.
La Bohème Royal Pen de Montblanc, un poco más económica que las anteriores, es también un objeto de coleccionista. Cuesta 165.000 euros y cuenta con 1400 diamantes incrustados con oro blanco de 18 quilates.
Y, cómo no, la Prince Rainier III Edición Limitada 81 Pen realizada en homenaje al príncipe Rainiero de Mónaco, con un precio de 260.000 dólares y casi 1000 diamantes, 100 rubíes y oro blanco. Sólo existen 81 plumas como esta en todo el mundo, como la edad del príncipe cuando falleció, por lo que son de gran exclusividad.
Y es que el sector de la pluma estilográfica, aunque algunos no se lo crean, factura más de mil millones de dólares al año, siendo China el principal consumidor del planeta lo que viene a apoyar la idea de que la pluma de Picachu será todo un éxito.