Comprar una vivienda es uno de esos proyectos que muchas personas tienen en su cabeza a medida que van creciendo y van estableciendo un proyecto de vida, con independencia de si tienen pareja o no. Es algo perfectamente lógico y normal que queramos, como mínimo, saber cómo funciona este mercado porque estamos hablando de uno de los bienes cuya inversión va a ser más alta y que más calidad de vida nos puede proporcionar. Y es posible que haya más de uno y más de dos que hayan tenido verdaderos quebraderos de cabeza con ello porque normalmente, cuando vamos a comprar una casa, hay muchos papeles con el banco de por medio.
Recuerdo todavía el momento en el que decidí comprar una vivienda en Barcelona. Se trataba de una ciudad que ya conocía de sobra. No nací allí ni mucho menos, pero estudié la carrera allí y, durante esos 4 años, pude hacer muchas amistades y conocí de sobra cada rincón de la ciudad. Por tanto, cuando empecé a trabajar y conseguí ser fijo en una empresa de la ciudad, no me lo pensé 2 veces y adquirí esa vivienda de la que os hablaba. Sabía que esa era una inversión de futuro y, aunque la verdad es que me daba cierto respeto meterme en una hipoteca, lo hice. Y tengo que decir que no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho.
Adquirir una vivienda no es algo que se pueda hacer al tuntún ni mucho menos. De hecho, según apuntaron los profesionales de la inmobiliaria a través de la cual compré la casa, Vip House Bcn, la agencia número 1 en valoraciones por los clientes de toda Cataluña, existía en 2021 una brecha entre el precio que querían los propietarios y el que los posibles compradores estaban dispuestos a pagar. Por suerte, en mi caso, pude encontrar una vivienda de calidad a un precio que era competitivo y no me lo pensé 2 veces. Después de cumplimentar todo el papeleo que es pertinente en este tipo de casos, mi máxima preocupación empezó a ser la de organizar un evento especial: la fiesta de inauguración.
Nunca había organizado nada parecido, para qué os voy a engañar. Lo primero en lo que pensé fue en la cantidad de gente a la que podría invitar teniendo en cuenta el espacio con el que contaba. La verdad es que podía permitirme invitar a la gente del trabajo y a antiguos compañeros de carrera que continuaban viviendo cerca de la ciudad. Después, elaboré un presupuesto y decidí que el evento idóneo sería una cena acompañada de una sobremesa posterior con algo de música y licores, algo informal y que no se me fuera de las manos, como no podía ser de otra manera. Cuando lo tuve claro, empecé a contactar con la gente para consultar su disponibilidad y agendar un día que le viniera bien a la inmensa mayoría.
Después de poner sobre la mesa mi plan con todas las personas que quería que asistieran, concreté la fecha y me puse manos a la obra para organizarlo todo. No contaba con demasiado tiempo porque lo organicé de una semana para la siguiente, pero me veía capaz de comprar todo lo necesario y adecentar la casa antes de que llegara el gran día. Este tipo de cosas siempre hay que hacerlas con ilusión para poder hacer frente a todas las obligaciones que eso nos implique y no perder la paciencia. Y ese fue mi caso. No sufrí para dejarlo todo listo y empezar a disfrutar de un evento que, para mí, significaba mucho por el motivo de su celebración y por las personas que me iban a acompañar.
La verdad es que todo salió a pedir de boca. Estaba un poco preocupado por una pequeña cosa: que mis compañeros de trabajo y los de la carrera no se conocían y tenían edades de lo más diversas, lo cual puede generar algo de inseguridad en algunas ocasiones. Pero la verdad es que no fue así y que todo el mundo charló amigablemente, generando un ambiente estupendo y en el que lo pasamos realmente bien. Todos los asistentes terminaron satisfechos con la comida y valoraron muy positivamente la vivienda, algo que tengo que reconocer que me reconfortó mucho. Ese día, recuerdo que me fui a la cama con una sonrisa de oreja a oreja.
Tengo que decir que no fue el único evento de este tipo que organice con motivo de la compra de mi casa. También reservé otra noche para hacer algo similar con mi familia, que ha sido la responsable de la buena educación que he recibido siempre y a la que siempre me ha agradado agradecerle las cosas. Del mismo modo en que había ocurrido en la primera, las personas que asistieron también se mostraron satisfechas con la cena que les había preparado y también quedaron impresionadas con la vivienda. La verdad es que la alegría que siento después de haber preparado estos dos eventos ha sido enorme y tengo pensado repetirlos periódicamente.
Me considero un tipo afortunado porque soy bastante joven y no es fácil con mi edad tener una vivienda en propiedad. Tengo que decir que, más allá de eventos y demás cosas de las que he hablado hasta ahora, la calidad de vida que tengo en esta casa es muy buena. Dispongo de mucho espacio, así que en ningún momento tengo estrés o ansiedad en casa, algo que es habitual en muchos casos. También está ubicada en un muy buen barrio, lo que me permite que esté muy cerca del hospital, de los supermercados, de zonas verdes y que las conexiones con el centro de la ciudad sean muy buenas.
¿Cuántos eventos como el mío se celebrarán al año en España?
Me da la sensación de que no tengo que ser el único que se encargue de organizar eventos como de los que he hablado hasta ahora. Y lo digo porque sé que la compraventa de viviendas está creciendo en un momento como el actual en el interior de nuestras fronteras. En diciembre del año pasado, numerosos medios apuntaron que se había incrementado en un 10% a lo largo de los 3 primeros trimestres del año en comparación a los datos que se manejaron en 2023. Solo había dos regiones en las que la venta había caído: Navarra y las Islas Baleares. En todas las demás, hubo un crecimiento que no pasó desapercibido para nadie.
En una noticia que se publicó hace apenas unos días en la web del diario El País se comentaba que en España se vendieron 180.000 casas en un trimestre, la cifra más alta desde la burbuja. Por tanto, son muchas las personas que han estrenado vivienda recientemente en todo nuestro territorio. Y más que van a ser puesto que, según se comenta en la misma información, de cara a lo que queda de 2025 van a seguir disparándose los datos que tienen que ver con esto. La vivienda es una de las inversiones más interesantes para las personas y para las familias en los tiempos que corren y no cabe la menor duda de que a todos y todas nos resulta interesante tener una de ellas en propiedad.
Ser propietario de una vivienda bien merece una fiesta. Y es lógico que, siempre que hemos adquirido una vivienda, lo queramos celebrar y se la queramos mostrar a las personas que nos rodean día a día. No me extraña nada que sea así porque yo mismo, como os he contado a lo largo de estos párrafos, lo he vivido en primera persona y he tenido ese deseo de compartir con las personas que me importan algo tan importante para mí. Es humano y es normal. De hecho, este tipo de celebraciones y hechos se van a seguir produciendo con independencia de los años que pasen.
Ojalá que todos y todas podáis, si todavía no lo habéis conseguido, disponer de una vivienda en propiedad muy pronto. Sin duda, una casa o piso es la pieza angular sobre la que va a girar nuestra vida y es importante no solo que la tengamos, sino que también responda a las necesidades que tengamos en este momento y las que podamos llegar a tener en un futuro. Cuando tenemos una vivienda así, tenemos muchos más motivos para celebrar su compra y organizar un evento como del que os he hablado más arriba.
Siempre hay un hogar para cada persona. Muchas no os imagináis el mismo tipo de casa porque, para gustos, como suele decirse, colores. Las posibilidades son muchas y también debéis tener en cuenta que una casa es, muchas veces, un producto que más tarde vais a poder moldear a vuestro antojo con la realización de una reforma, por ejemplo. Esa es otra buena razón para realizar un evento de celebración. Creo que, si alguna vez me planteo alguna reforma, también voy a plantear hacer una fiesta para cuando la complete. ¿Por qué no?