Hace años se decía que era uno de los días más felices de nuestras vidas, incluso el que más. Es cierto que con el paso de los años sigue siendo un día muy especial, aunque esto de las bodas ya sabemos cómo va. Ahora son más los divorcios que las bodas, como así lo reflejan los datos. Sin embargo, para los novios el día D, es decir, el día de la boda, sigue siendo una fecha marcada en muy rojo en el calendario. Y es que aunque pasen los años, los novios siguen queriendo que ese día no falle nade.
Las bodas, es cierto, han cambiado mucho. Yo recuerdo las primeras que disfruté, en este caso eran de mis hermanos mayores que eran un espectáculo para esa época, pero también es cierto que eran un espectáculo muy clásico. No podía faltar el típico menú de lechazo, pescado, los entrantes de ibérico, y por supuesto, ese melón con jamón que hacía las delicias de todos los invitados. Luego estaba el baile y la barra libre, y se acabó. A comer y a beber y a pasarlo muy bien. Ahora, las últimas bodas en las que he estado ya no tienen nada que ver. Ahora se hace un tremendo lunch de entrada, se comen pijaditas, se hace solo un plato principal. Ya no se da puro porque es malo para la salud, y el regalo de toda la vida se dona a una asociación benéfica. Y así con todo. Todo son detalles que hacen que el coste se eleve muchísimo.
Os puedo poner un ejemplo de boda, la que tengo que ir en los próximos meses, donde los padres del novio se encuentran muy preocupados porque su hijo ha tenido que pedir un crédito al banco para pagar la boda y el viaje de luna de miel. Sí, como suena. Ha tenido que embargarse para hacer de su boda el día más feliz de su vida. Estas son las cosas que yo no puedo entender. Su boda será una bodega de vino tremenda, y el viaje lo van a hacer a Japón. Ahí es nada. Pues bien, en esta boda ya me he ido enterado de algunos otros detalles sorprendentes que van a tener.
Son detalles muy originales y que no tengo dudas de que va a convertir este evento en una de las bodas más bonitas en las que he estado. Ahora bien, la pregunta que nos tenemos que hacer es ¿merece la pena tanta inversión? Pues esto ocurre como con todas las cosas, sí tenemos dinero no hay problema, si tenemos que pedir un crédito y endeudarnos, tenemos un problema. Yos os cuento a continuación cinco detalles (aunque pueden ser muchos más) que no pueden faltar en las bodas modernas.
Fotomatón
No puede faltar en una boda del siglo XXI un fotomatón o cabina de fotos para que los invitados puedan capturar momentos divertidos durante la celebración. Eso sí, luego son de esas imágenes que dan vergüenza ajena volverlas a ver. Aunque es cierto que es bonito tener estos recuerdos.
Mural
Un mural o árbol de huellas dactilares, donde los invitados puedan dejar su huella y mensaje de amor para los novios. En la última que estuve yo además pusieron una especie de mural para pintar con grafitis, que luego me enteré que habían comprado en ArteSpray, y la verdad es que fue muy divertido.
Colores de arena
Esto quizás puede ser un poco ñoño, pero también esta muy de moda, un lugar especial para la ceremonia donde haya arena y donde los novios mezclan diferentes colores para simbolizar la unión de sus vidas. Ya os digo que es solo para parejas muy merengonas.
Mesa de dulces
Los dulces son un clásico que no pueden faltar en las bodas. En este caso, lo que ahora se lleva es una mesa de postres o dulces personalizados, con detalles que reflejen la personalidad de los novios y sus gustos. Sin duda, si hay niños se van a poner muy contentos.
Detalles personalizados
Ya os decía que ahora en las bodas apenas se dan regalitos de recuerdos, pero sí es verdad que lo que se hace es ofrecer detalles personalizados como abanicos, mantas, sombreros, gafas de sol o pañuelos para los invitados. Esto puede tener dos versiones, la de ser útiles durante la celebración, por ejemplo si hace calor o llueve, y también la de servir como recuerdo de ese día especial.