Todos, alguna vez en nuestras vidas, hemos tenido que preparar una mesa para una comida o cena relacionada con un evento. A diferencia de las que montamos en casa para nuestro día a día, estas han de seguir un tipo de protocolo con relación a la mantelería, la cubertería, la cristalería y la vajilla. Se trata de unos conocimientos muy útiles que nos pueden servir bien para celebrar fiestas en casa y quedar como el perfecto anfitrión, para organizar alguna cita de trabajo o incluso para encargarnos de las comidas de empresa. Este último ejemplo es uno de los más recurrentes, ya que todas las compañías invierten en su imagen en este tipo de eventos, da igual el sector al que se dediquen, desde las mallas y cribas de los Talleres Núñez hasta una empresa de colchonería. Todas han de establecer relaciones con sus clientes y proveedores y han de dar una imagen perfecta.
Desde este artículo, vamos a daros unos pequeños consejos que os convertirán en unos perfectos organizadores de eventos para pequeños grupos y hasta grandes cantidades de gente. Lo importante en cualquier caso es que todos se sientan cómodos, y para esto una regla de oro es que haya algo más de medio metro de espacio destinado para cada uno de los comensales. En el centro de la mesa, podemos poner un sencillo jarrón con flores o una bandeja con frutas. Para las cenas, los candelabros son una opción elegante, aunque debemos encontrar la medida justa de luz. Los saleros, aceiteras y demás objetos de uso común, deberán situarse a razón de una pieza por cada seis u ocho comensales.
Como decíamos antes, la mantelería es uno de los elementos claves. Independientemente del color de la misma, que es recomendable que se blanco, crudo o de una tonalidad clara, y a juego con las servilletas (que se ponen a la derecha del plato dobladas en forma de triángulo o rectángulo, nunca encima aunque se vea mucho esta corriente), lo más importante es que esté escrupulosamente limpio, que no se vean manchas de vino ni de carmín en las servilletas, así que como que esté planchado. Para evitar manchas o filtraciones y daños en la mesa, podemos poner por debajo un muletón o bajo-mantel, pero teniendo en cuenta que el tamaño del mismo ha de ser menor que el del mantel para que no sobresalga por las esquinas del mismo, que tendrán que sobresalir de la mesa aproximadamente un tercio de la distancia que hay de esta al suelo.
En cuanto a los cubiertos, la regla principal es que se colocan alrededor del plato pero en orden inverso al que van a ser usados. Es decir, que una vez que se empiece a comer, los últimos siempre estarán más cerca del plato e iremos cogiendo los que nos hagan falta de ambos extremos de la vajilla. Asimismo, los tenedores van a la izquierda mientras que el cuchillo y la cuchara de han de encontrar en el lado derecho. El filo del cuchillo se pone siempre hacia adentro y la concavidad de la cuchara ha de estar hacia arriba. El tenedor, por su parte, tiene que tener las puntas también hacia arriba. Los cubiertos del postre podemos servirlos a la hora de llevar el postre o, si no, en la parte superior del plato.
En lo referente a la vajilla, lo más importante es que pertenezcan todas las piezas a un mismo juego. Asimismo, en la actualidad está permitido jugar también con piezas diferentes pero que se encuentren dentro de la misma colección, para que haya una armonía de colores y a la vez tengamos piezas exclusivas y especiales para cada comensal. A la hora de servir, no podemos olvidar que siempre hay que poner un planto llano y otro hondo sobre la mesa, nunca este último solo. Y está prohibidísimo colocar dos platos iguales juntos. Asimismo, también se pueden utilizar lo que llaman platos de presentación para poner bajo estos platos. Estos platos han de estar a unos tres centímetros del borde de la mesa (entre dos y tres dedos). A la hora de situarlos, es conveniente ir fijándonos en que no estén sucios ni tengan rayazos.
En cuanto a la cristalería, lo básico es poner una copa para el agua y otra para el vino. La primera irá colocada a la izquierda, mientras que la segunda, a la derecha de esta. Se ponen siempre por la parte superior del plato, y al igual que sucede con la vajilla y la cubertería, hay que evitar que se pongan piezas de diferentes juegos. Asimismo, a la hora de servir las bebidas debemos saber que no se puede apoyar la botella o jarra en la copa, así como que los comensales no han de levantar tampoco su cristal de la mesa. Y muy importante, no debemos utilizar la copa a modo de servilletero.
Debemos tener en cuenta que es posible poner también un pequeño plato para el pan y la mantequilla. En caso de decantarnos por su uso, este habrá de ser colocado a la izquierda de las copas, por la parte superior de los cubiertos que van a este lado. Junto al bollo de pan podemos poner un pequeño cuchillo para untar.
Por último, si queremos dar a la velada un toque relajante y distendido, podemos poner una suave música de fondo que sea básicamente o preferiblemente instrumental.