Últimamente me he dado cuenta de que las bodas en la capital son cada vez más exquisitas. Las parejas prefieren alquilar fincas, cortijos o caserones donde montar su propio banquete con todo a su gusto antes que contratar los servicios de unos salones o de un restaurante de eventos. En estos casos siempre hay que recurrir a servicios externos para todo, principalmente para la comida, y por eso hay que tener buenas empresas en la agenda para poder tirar de ellas. Catering de Lisi y La Frolita son, en mi opinión, dos de los mejores catering en Madrid con los que se puede contar: puntuales, cumplidores, servicio perfecto, comida exquisita… y sus menús no son excesivamente caros.
Una buena opción