Marbella, la cuna del lujo y el famoseo en el sur de España y el lugar donde más eventos por metro cuadrado se organizan, sobre todo en los meses más veraniegos del año. Marcar allí tendencia o dar un toque de originalidad a la organización de un evento es complicado porque se ha hecho de todo prácticamente. Sin embargo, ahora que se han puesto de moda las fiestas chill out ¿por qué no ofrecer masajes? Hay un buen centro que recomiendo de masajes en Marbella al que se le puede proponer la idea que trataría de lo siguiente.
Una fiesta chill out con el más alto glamour que podamos montar. Los invitados, por supuesto, acudirán con traje de baño y ropa ibicenca blanca haciendo juego con la decoración del espacio y la temática del evento. La piscina en el centro, como núcleo de la fiesta, una barra de bebidas acorde con el ambiente en el lado izquierdo, un buen dj al fondo, altavoces por todo el jardín y a la derecha una pequeña carpa con parabanes equipada con camillas y buenos profesionales del masaje. Los invitados podrán, hasta cierta hora (bien sea un evento de día o de noche), disfrutar de los servicios de masaje de la empresa contratada mientras se relajan con la música chill out antes de que el DJ meta caña.
¿Os lo habéis imaginado? No me digáis que no es una buena idea porque yo sería la primera en plantarme delante de los masajistas esperando mi turno e imagino que cualquiera haría exactamente lo mismo.
De todos modos Marbella no es sólo pijerío y marcas, o yates y ropa ibicenca, también tiene un punto gamberro donde los eventos tienen otro tipo de características. Ahora, por ejemplo, comienza el Oktoberfest un evento en el que la cerveza es la protagonista e invitada de honor y donde los visitantes podrán degustar la típica comida alemana sin salir del sur de España. Y, obviamente, no me imagino yo a Gloria Lomana con una jarra de medio litro de cerveza comiendo una salchicha alemana. Bueno, esto último puede pero lo de la jarra no me lo imagino. Así que este es un buen ejemplo de que en Marbella se pueden organizar otro tipo de eventos menos glamurosos pero igual de divertidos.
Otra idea podría ser la típica fiesta en la playa pero con sabor americano, como cuando los institutos montan sus fiestas de final de cursos en la arena. Podríamos darle un estilo country o incluso enfocarla al público más infantil y decorar todo con motivos divertidos y actividades para niños con el fin de que tanto ellos, como los padres, puedan pasarlo bien en un día un poco más especial que el resto.
Lo que está claro es que en cuestión de eventos se puede montar lo que sea, sólo hay que tener en cuenta el tipo de público al que va dirigido y puede ser un error pensar que en una zona determinada se debe realizar sólo un tipo de eventos, con mayor o menos clase, porque hay gustos de todo tipo y la sociedad se divide en muchos sectores aunque te vayas a una de las ciudades más glamurosas del planeta como lo puede ser, por ejemplo, Los Ángeles en California, Estados Unidos.
